La heroína fue comercializada como un sedante para la tos y como sustituto de la morfina pensando que era menos adictiva
Esto se vio facilitado por el hecho de que se creía que la heroína, relativamente producía menos euforia con y desviaciones mínimas en el comportamiento y la inteligencia (suponiendo su uso breve). De 1898 a 1910 la heroína fue vendido como un sustituto de la morfina y medicamentos para la tos para niños. Más tarde se descubrió que la heroína se convierte en gran medida en morfina al ser absorbida en el hígado. En poco tiempo se demostró que la adicción generada por utilizar este compuesto era mucho más intensa en comparación con la de la morfina