Algunos expertos, como Alfred Adler, creen que el orden de nacimiento es importante para conocer la conducta de cada persona, que éste determina la forma de ver el mundo. Expuso por primera vez una teoría sobre el efecto del orden de nacimiento en la personalidad. Creen que el orden de nacimiento tiene un efecto tan profundo que puede afectar profundamente el desarrollo del niño. Judith Rich Harris está de acuerdo con que puedan verse afectadas las conductas por el orden de nacimiento, pero que no tienen un efecto sobre nuestra personalidad.
Si eres el primogénito:
Son líderes naturales, suelen tener sentido de superioridad. Generalmente, son exigentes y precisos, atienden especialmente a los pequeños detalles. Les encanta tomar el mando y tener el control de cualquier situación, además de conseguir la victoria. Como defectos, la teoría expresa que, a menudo, tienen mal humor, carecen de sensibilidad y son muy mandones.
Si eres el de en medio:
Tiende a ser complaciente con los demás y odian la confrontación. Se diferencian con los primogénitos en que no se sienten cómodos tomando el mando de las situaciones. Son más discretos y muy tranquilos.
Si eres el último hijo:
Tratan de llamar la atención, normalmente son los peores alumnos y el alma de las fiestas. Son personas alegres y extrovertidas. Por otra parte, tienen un fuerte miedo al rechazo. También pueden ser buenos manipuladores y algo agresivos.
Si eres hijo único:
Es como un hijo primogénito, pero mucho más perfeccionista y líder. Tienden a ser muy conservadores e introvertidos. Su lado negativo puede ser difícil de manejar, suelen ser muy exigentes y nunca admiten que están equivocados, además no aceptan bien las críticas.
