Ocurrido en Quena, muy cerca del Cario en Egipto, un pescador vio una cigüeña acercarse, cuando esta estuvo lo bastante cerca observó que en una de sus alas se podía distinguir entre su plumaje un dispositivo electrónico.
En el mismo momento la cazó y la llevo ante las autoridades con la creencia de que podía ser un agente encubierto, mas tarde la policía analizo el dispositivo de su ala y afirmo que tan solo se trataba de un seguidor de vida silvestre usado por los científicos con el fin de seguir el movimiento de las aves migratorias.
En el momento en que el ave cruzó la frontera de Francia el dispositivo dejó de funcionar, pero como los fiscales tienen la última palabra el ave sigue aun en custodia de la policía.
