En todos los videojuegos al margen de toda la interfaz y programación necesaria hay una pequeña trama de promoción y marketing, como en el caso del mítico juego de la versión de NES, Bomberman.
Si consigues llegar a la pantalla final Hudson muestra al Bomberman original transformándose en humano, que casualmente pasa a ser la figura de Lode Runner, el protagonista de otro de sus videojuegos.
Con ello el autor pretendía enlazar este con la siguiente entrega y así pasar el legado al nuevo intentando tener un mayor número de adeptos.
