Este hombre tenía todo planeado: se iba a lanzar desde el piso 86 del Empire State Building de Nueva York. Pero algo salió mal porque Nathaniel, el protagonista de la historia, cayó en el piso 85, según podemos leer hoy en el New York Post.
Nathaniel no solo no consiguió su objetivo, sino que está en el hospital con un tobillo roto y lo que es peor, tendrá que dar cuentas a la justicia por conducta inapropiada, invasión de la propiedad privada y poner en peligro la seguridad de la población.
Pese a que no vivía en la gran ciudad, fue a Nueva York a suicidarse y tras su fallo, fue trasladado en ambulancia al hospital.
