El Museo Hermitage de San Petersburgo posee una «patrulla» de gatos para proteger los cuadros de los roedores
La gigantesca pinacoteca y museo de antigüedades tiene entre sus empleados un grupo de guardias de seguridad muy especiales: 65 gatos que se encargan de proteger el patrimonio del museo de los ratones.
Tres personas del museo se encargan de alimentar a los felinos, procurando que no les falte de nada. El museo (que organiza muestras dedicadas a los gatos) tiene incluso un fondo benéfico mediante el cual aceptan donativos para poder seguir cuidándoles. Además, para los rusos estos animales ahuyentan a los malos espíritus, dan buena suerte y ayudan a mantenernos saludables.
Fue a la emperatriz Catalina II a quien se le ocurrió la idea. Otorgó a los gatos el cargo de «protectores» de las obras albergadas en el palacio de invierno.