Investigadores de Estados Unidos han realizado un estudio sobre 49 hombres, el cual dio como resultado que el sabor de la cerveza libera la sustancia química de la recompensa, denominada dopamina.
Este efecto se incrementa en personas con un historial familiar de alcoholismo.
El estudio consistía en un escáner realizado a los hombres mientras se les daban varios tipos de licores diferentes, para ver cómo reaccionaba el cerebro ante cada uno de ellos.
A cada persona se le dio unos 15 mililitros del liquido, insuficiente para que el alcohol hiciera efecto en el cuerpo; “Creemos que éste es el primer experimento en seres humanos que demuestra que el gusto de una bebida alcohólica, sin su efecto intoxicante, puede estimular la actividad de la dopamina en los centros de recompensa del cerebro”.
“Este ensayo demuestra que el gusto sólo tiene un impacto en las funciones del cerebro asociadas con el deseo. No es sorprendente que, si el gusto aumenta el deseo, debe tener un impacto en el cerebro”.
