El antiguo líder de la República Popular China propuso entregar a Estados Unidos 10 millones de mujeres chinas para incrementar la población estadounidense, mejorar las relaciones comerciales y provocar «desastres». Todo esto según un documento que el Departamento de Estado de EEUU ha sacado a la luz.
Mao le dijo a Henry Kissinger, jefe de la seguridad estadounidense, que las mujeres podían mejorar la falta de comercio entre los dos países, que la pobreza de China se suplía con un exceso de mujeres. Primero le ofreció unas decenas de miles, aumentando la cifra a 10 millones más tarde en la conversación.
Al poco tiempo el líder comunista se retractó de sus palabras, calificándolas de «disparate» y pidiendo perdón a las mujeres de su país.
