Corría el año 1960 y los Beatles se encontraban en Hamburgo tocando en una serie de conciertos. En esa época Pete Best fue el batería del grupo.
Tras abandonar el local en el que tocaban por las pésimas condiciones de trabajo y alojamiento que les ofrecían, rompiendo el contrato con el promotor, se fueron a tocar a un local regentado por Peter Eckhorn, que les ofrecía mejores salarios. Cuando McCartney y Best regresaron al antiguo local a recoger sus pertenencias se encontraron con que estaba completamente a oscuras. Para fastidiar al antiguo promotor (Bruno Koschmider) Paul clavó un preservativo a la pared y le prendió fuego.
No llegó a pasar nada grave, pero Koschmider les denunció por intentar quemar el edificio. Best y McCartney pasaron tres horas en la cárcel local y fueron después deportados junto a George Harrison, este último por estar trabajando por debajo del límite legal en Alemania.
