La administración Obama rechazó esta curiosa propuesta, firmada por más de 35.000 personas, para construir la estación espacial destructora de planetas. Los promotores de la idea dijeron que de esta manera se podían lograr descensos en las tasas de desempleo y fortalecer la defensa de EE.UU.
Entre las razones que ofreció Paul Shawcross, jefe de la oficina presupuestaria de la Casa Blanca para Ciencia y Espacio, están el excesivo coste del proyecto (850.000 millones de dólares, nos 650.000 millones de euros) y que la Casa Blanca no es partidaria de la destrucción planetaria. Shawcross añadió también, haciendo un guiño a los seguidores de la saga de La guerra de las galaxias, que no tiene sentido realizar este proyecto si una sola nave espacial pudo destruirla.
