El ARA General Belgrano ha sido el único barco hundido por un submarino nuclear en tiempos de guerra
Corría el año 1982, y la Junta Militar que controlaba Argentina necesitaba mejorar su imagen de cara al pueblo. No se les ocurrió nada mejor que invadir las Islas Malvinas, situadas frente a sus costas y territorio del Reino Unido. Pese a que la población isleña, de unos 3.000 habitantes, se consideraban a sí mismos ciudadanos británicos, el hecho de tener las islas frente a sus costas provocaba en los argentinos un sentimiento de propiedad con respecto a las islas. Basándose en ese sentimiento, y en que sus barcos estaban cerca de las islas, decidieron invadir las islas el día 2 de abril, iniciando así la Guerra de las Malvinas.
El barco principal de la flota argentina era el ARA (crucero ligero) General Belgrano, denominado originalmente USS Phoenix cuando fue construído por los estadounidenses en 1938. El barco fue vendido a la armada argentina en 1951, ya que tras la IIGM los estadounidenses se encontraban desbordados por la cantidad de barcos que poseían y no necesitaban.
El Belgrano era un crucero ligero orientado principalmente al ataque de superficie, con una escasa defensa érea y un nulo poder de ataque antisubmarino. Cuando fue interceptado por el submarino nuclear británico HMS Cónqueror se encontraba acompañado de dos petroleros de abastecimiento y dos destructores. El Belgrano no suponía un gran problema para los ingleses, pero los destructores poseían misiles Exocet, que se creía que eran lo suficientemente potentes como para poner en peligro un portaaviones.
El Cónqueror pasó tres días siguiendo de cerca al Belgrano, pegado a su casco y situado ligeramente por detrás. De este modo, si alguno de los destructores detectaba algo, lo confundirían con las vibraciones generadas por las turbinas del propio barco. Temiendo que la flota argentina que se encontraba al norte de las islas y el Belgrano y su escolta, que se encontraban al sur, efectuaran una maniobra envolvente, el gobierno británico autorizó el hundimiento del buque.
El día 2 de mayo el Cónqueror disparó tres torpedos Mark VIII (que se habían empezado a usar en la IIGM) contra el Belgrano. El control a distancia para disparar los torpedos falló, y el segundo oficial del submarino los disparó manualmente. Dos de los tres torpedos impactaron en el buque. El primero de ellos acertó bajo el comedor (a la hora del cambio de turno, cuando los marineros estaban comiendo) y destruyó también la sala de comunicaciones. El barco se hundió 20 minutos más tarde. 323 de sus 1.091 tripulantes murieron, entre ellos dos civiles que se encargaban de la cantina del buque y que no quisieron abandonarlo cuando el Belgrano salió de puerto.
Algunos de los marineros murieron de congelamiento en las balsas esa noche, debido a las bajas temperaturas. Otras balsas nunca fueron encontradas. Lo curioso es que los destructores que escoltaban al barco se encontraban a bastante distancia cuando éste fue hundido, y hasta el día siguiente por la mañana los supervivientes no fueron rescatados.
Por algún motivo, pese a ser un barco de guerra tripulado por integrantes de la marina tomando parte en una acción militar durante una guerra, el hundimiento del buque despertó gran rechazo social, no sólo en Argentina sino también en otras partes del mundo.
Una de las fuentes es un documental del Discovery Channel que trata el hundimiento del barco, desde el punto de vista de los tripulantes de ambos navíos. Se incluyen entrevistas con varios marineros, entre ellos el segundo de a bordo del HMS Cónqueror y el capitán de ARA General Belgrano. Un buque con un sónar de arrastre intenta encontrar los restos del Belgrano, y dos tripulantes de cada uno de los barcos se encuentran a bordo para intercambiar sus puntos de vista.