Ocurrió en la localidad inglesa de Holford, durante la festividad de la Pascua, donde es habitual que los niños recorran un parque buscando huevos de pascua que se han escondido allí. Por lo visto la zona había sido una base militar durante la Segunda Guerra Mundial, y una granada de mano quedó abandonada a su suerte. Por suerte, un adulto logró verla a tiempo y apartó de allí a los niños, de modo que nadie resultó herido. Posteriormente un equipo de artificieros desactivaron la granada. La granada realmente parecía un huevo de pascua, ya que era de color café y tenía unos 10 centímetros de altura.
Curiosamente no es la primera vez que ocurre algo así. Hace tres años, en Berlín, una mujer estaba jugando con su perro a lanzarle objetos y que el animal los recogiera. Y en una de esas regresó con una granada estadounidense de la Segunda Guerra Mundial en la boca, que por suerte no estalló. En Alemania es todavía frecuente encontrarse armas o bombas que datan de esa época y que todavía pueden estallar.
