Se trata de un rito de iniciación de un colegio religioso de Polonia, consistente en lamer crema de las rodillas de un sacerdote mientras se gatea por el suelo. Todo fue documentado en fotografías en las que, en su mayoría, el protagonista es el padre Marcin Kozyra, quien se encarga de dirigir el colegio.
Las fotografías llegaron a manos de los padres de familia, quienes de inmediato avisaron a las autoridades. Sin embargo, Kozyra afirma que anteriormente los estudiantes ni los padres habían tenido queja alguna, incluso la fiscalía local dijo que los actos del religioso no son considerados delito ni tuvieron alguna connotación sexual, aunque sí excedieron “los límites del buen gusto”.
