El vino tinto lleva unos años ganando fama ya que se ha descubierto que si se toma con moderación y con una dieta especifica es bueno para el corazón, sistema circulatorio, para mejorar las funciones cardiacas, musculares y óseas, pero curiosamente estas tres últimas características se descubrieron hace relativamente poco tiempo.
Sin embargo las propiedades positivas del vino no afectan a las personas alcohólicas así que por mucho que tome vino tinto un alcohólico no sentirá mejoría alguna.
Investigadores del Hospital Clínico de Barcelona examinaron a 67 hombres, quienes bebieron 10 onzas de vino tinto, 10 onzas de vino tinto sin alcohol y 3 onzas de gin, todos los días durante 4 semanas. Los voluntarios padecían diabetes, hipertensión, obesidad, tabaquismo, altos niveles de colesterol o algún otro factor de riesgo para enfermedades cardiacas.
En base a los resultados se demostró que el vino sin alcohol disminuyo la presión sanguínea de forma significativa reduciendo el riesgo de enfermedad cardiaca en un 14% y el de ataque en un 20%. Curiosamente el vino tinto normal no mostró los mismos efectos.
Los dos contienen la misma cantidad de antioxidantes que benefician al corazón, pero parece ser que los polifelones del alcohol podrían bloquear su acción protectora.
