Fálicas imágenes adornan los muros de templo en Bután
La decoración de este templo cercano al Himalaya fue una iniciativa de un mujeriego monje llamado Drukpa Kunley (1455-1529), que se dedicó a combatir a una diosa mitad demonio, mitad caníbal con el rayo de “buena energía” que, según él, emergía de su pene. Conocido también como el “santo loco”, Drukpa Kunley es visto por las tribus paganas como una especie de remanso ante las tradiciones budistas más rígidas, aparte de ser considerado un símbolo de la fertilidad y la buena suerte.
La estética que impera en los muros de este templo en Bután ha escandalizado a muchas personas, sobre todo de Occidente, que han pedido se censuren los murales al considerarlos ofensivos. Varias asociaciones feministas han acudido a instancias internacionales a quejarse del lugar, asegurando que ayuda a preservar ideologías represoras y falocéntricas.