Tener un orgasmo nos hace liberar oxitocina, una hormona que crea afecto hacia la persona que nos lo crea
La oxitocina se libera en la glándula pituitaria, debido a la estimulación de los genitales, la succión del pezón o la distensión del cuello uterino (algo denominado reflejo de Ferguson). Una vez secretada en el cerebro, la barrera hematoencefálica impide que vuelva a entrar. Se encuentran receptores para la oxitocina en el hipotálamo, las amígdalas, el septum y el tallo cerebral.