Los orientales saludan con la cabeza por que son más propensos a sufrir hiperhidrosis (sudoración extremadamente excesiva). No todos los orientales les ocurre lo mismo, siendo los chinos y japoneses los más propensos. Más o menos la relación de orientales que sufren hiperdrosis es de uno de cada cuatro, haciendo que el 44% de los apretones de manos (por probabilidad) sean bastante húmedos. Lógicamente esto es algo relativamente desagradable, tanto para el que sufre la hiperdrosis como para el que la recibe.
Dado que es una enfermedad hereditaria y no se la pueden quitar de encima de ninguna manera (vale, puede que se les pueda modificar genéticamente, pero entramos en temas de ética) obligándoles a desarrollar a lo largo de su existencia un saludo alternativo, más distante y desapegado, para evitar este desagradable contacto de las manos sudorosas.
