Investigadores internacionales han concluido en un estudio sobre el cerebro de las abejas, que éstas se sienten atraídas por la novedad. Además presentas patrones de actividad genética en las vías moleculares asociadas con la búsqueda de emociones, como sucede en los humanos.
La investigación estudió dos comportamientos de búsqueda de novedades en la abeja: la exploración de nuevos sitios de anidación y la búsqueda de alimentos. En momentos de crisis las abejas exploradoras de nidos (un pequeño porcentaje de la colmena) son unas cuatro veces más propensas a convertirse luego en buscadoras de alimentos. Para comprobar si los cambios de señalización en el cerebro causan la búsqueda de novedad, los investigadores sometieron a los grupos de abejas a tratamientos para aumentar o inhibir estas sustancias químicas en el cerebro. Dos tratamientos (con glutamato y octopamina),aumentaron el deseo de exploración en abejas que no habían explorado antes.
