Sherrie Levine es un «artista» que ha vendido por millones de dólares fotografías de fotografías famosas ya existentes.
En una corriente intelectual-artística denominada «refotografía», enmarcada en lo conocido como «arte de apropiación», el fotógrafo americano «innova» en lo artístico presentando como propias fotografías hechas a otras fotografías de éxito que, reconocido por la crítica, tiene consumidores dispuestos a pagar por él.
Después de su etapa como fotógrafo, empezó a pintar cuadros que ya habían sido pintados.