F. A. Kekulé descubrió la estructura química del benceno gracias a la inspiración que le produjo un sueño
Kekulé soñó con una serpiente que se mordía la cola y giraba. Gracias a este sueño, Kekulé teorizó los enlaces resonantes del benceno: enlaces moleculares «móviles» entre carbonos, que cambian constantemente de posición.