Es falso que si escuchas música de Mozart obtendrás mejores resultados académicos
Quizás hayan oído hablar del efecto Mozart. O quizás no. Sea como sea, intentaré explicarles en qué consiste el fenómeno y porque se ha vuelto tan famoso como controvertido. Hace casi diez años, Frances Rauscher y Gorson Shaw, una pareja de investigadores de la Universidad de Wisconsin en Estados Unidos, publicaron un estudio en que sostenían que los estudiantes que escuchaban música de Mozart antes de rendir un examen alcanzaban mejores resultados.
La investigación tuvo una gran popularidad entre el público, que la veía como un método fácil para incrementar su rendimiento académico, pero también resultó muy polémica. Otros equipos de investigadores intentaron repetir los resultados en estudios posteriores sin lograrlo llegando a sostener que el trabajo de Rauscher y Shaw era incorrecto.
Una nueva investigación realizada por psicólogos austríacos de la Universidad de Viena confirma las conclusiones de todos sus predecesores, al mostrar que escuchar al inmortal compositor no aumental la inteligencia. Lamentablemente todo apunta a que el efecto Mozart no existe.
Los investigadores analizaron otros estudios similares a los de Rauscher y Shaw y descubrieron que no es la melodía de Mozart lo que mejora los resultados, sino que es el estímulo lo que parece mejorar la retención de conocimientos, ya sea del genio que cambió la música clásica o los Rolling Stones.
Aun así el Efecto Mozart tuvo una increíble popularidad en su momento y muchos continúan creyendo consistentemente en él, a pesar de que la evidencia científica muestra que el estudio empleo una muestra muy pequeña (apenas 36 personas) y no realizó verificación independiente de sus resultados. Incluso hay otras teorías que se apoyan en este efecto que consisten en hacer escuchar música de Mozart a los niños desde su primera infancia para que desarrollen su inteligencia.
De todas formas, los efectos beneficiosos de la música son innegables. Lo único que les recomiendo es que elijan algo bueno para el espíritu, ya sean los Beatles o Bach.