Los dedos reimplantados no se arrugan al estar en el agua
Los investigadores vieron esta paradójica respuesta en los dedos reimplantados sumergidos en agua. Los dedos se arrugan porque se reduce el flujo de sangre, haciendo que las partes que regulan la temperatura pierdan volumen y tiren de la piel.
Sin embargo, cuando vieron que los dedos reimplantados no se comportaban de la misma manera, les hizo pensar que las arrugas no se producían por una propiedad de la piel, sino de los nervios de los dedos. Cuando un dedo es reimplantado, las terminaciones nerviosas no funcionan de la misma manera, por lo que parece que es una respuesta a un estímulo nervioso lo que causa que se arruguen.