Los satélites que vuelan en enjambre
Pruebas exitosas de prototipo
Los ingenieros de Stanford lo celebran. Hicieron la primera prueba en órbita de un sistema prototipo capaz de navegar un enjambre de satélites. Usan solo información visual compartida por una red inalámbrica. Los satélites que vuelan en enjambre marcan un evento sin precedentes.
«Es la culminación de 11 años de esfuerzo», dijo Simone D’Amico. Es profesor de astronáutica y autor principal del estudio. «Starling es la primera demostración jamás realizada de un enjambre autónomo de satélites».
Sistema económico
La prueba se conoce como Experimento Óptico de Vuelo en Formación Starling o StarFOX. El equipo navegó con éxito cuatro satélites pequeños que trabajaban en equipo. Usaron únicamente información visual recopilada de cámaras a bordo para calcular sus trayectorias (u órbitas). «Es increíble el valor de múltiples activos en coordinación para lograr objetivos que de otro modo serían imposibles o muy difíciles de lograr con una sola nave espacial», dijeron en un comunicado. «Hay muchas ventajas. Mayor precisión, cobertura, flexibilidad, robustez y nuevos objetivos aún no imaginados».
El enjambre necesita un sistema de navegación autónomo que permita un alto grado de autonomía y robustez. Estos sistemas también son más atractivos por los mínimos requisitos técnicos y costos de las cámaras miniaturizadas. Usaron cámaras 2D y económicas llamadas rastreadores de estrellas que se encuentran en cualquier satélite hoy en día.
Usando las estrellas
¿Cómo se orientan los satélites que vuelan en enjambre? StarFOX combina mediciones visuales de cámaras individuales montadas en cada satélite en un enjambre. El campo de estrellas conocidas en el fondo se utiliza como referencia para extraer ángulos de orientación. Estos ángulos luego se procesan para estimar la posición y la velocidad de los satélites con respecto al planeta orbitado. En este caso, fue la Tierra, pero también servirían la Luna, Marte u otros objetos planetarios.
El algoritmo de determinación de órbita por lotes estima luego la órbita aproximada de cada satélite a partir de estos ángulos. Luego se afinan las trayectorias del enjambre con el procesamiento de nuevas imágenes a lo largo del tiempo. Así alimentan algoritmos autónomos de guía, control y prevención de colisiones a bordo.