El color púrpura de Tiro era sinónimo de la realeza y el poder
El púrpura de Tiro es un tinte de color púrpura rojizo conocido por su rareza y valor en la antigüedad. Su origen y su historia están estrechamente vinculados con la ciudad de Tiro, en la antigua Fenicia, lo que actualmente es el Líbano.
¿Cómo comenzó el uso y preferencia de este color tan singular?
El púrpura de Tiro lo descubrieron los fenicios alrededor del segundo milenio a.C. La leyenda del lugar relaciona al tinte con el dios fenicio Melqart. Este tinte lo extraían de las glándulas de ciertos moluscos marinos, específicamente de las especies *Murex brandaris* y *Murex trunculus*.
El proceso de extracción era muy laborioso y además necesitaban miles de moluscos para producir una mínima cantidad de tinte. Estos detalles contribuían a su elevado costo y exclusividad. Este proceso de obtención del púrpura de Tiro era complejo y lo mantuvieron en secreto durante siglos para mantener la exclusividad.
Recolectaban los moluscos y los dejaban fermentar, o les extraían sus glándulas. A continuación les daban un tratamiento especial que combinaba luz solar y exposición al aire para desarrollar el color púrpura. El procedimiento liberaba un olor bastante desagradable. Por eso es que las instalaciones de producción del tinte estaban situadas en zonas alejadas de las áreas residenciales.
¿Cuál era su uso y significado en la sociedad?
Debido a su rareza y costo, el púrpura de Tiro se convirtió en un símbolo de estatus y poder. Ciudadanos y comerciantes de Roma intercambiaban grandes cantidades de oro por un pequeño frasco del tinte.
En muchas culturas antiguas, especialmente en Roma y Bizancio, el uso de ropas teñidas con púrpura de Tiro estaba reservado para la realeza, la nobleza, los altos dignatarios y la iglesia. En Roma, la toga púrpura era un símbolo del emperador y el color se asociaba con el poder imperial y la dignidad.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la producción de púrpura de Tiro declinó debido a varios factores. La sobreexplotación de los moluscos y los cambios políticos y económicos afectaron a las ciudades fenicias y a la producción del tinte.
Con el advenimiento de la Edad Media, surgieron otros métodos más económicos para teñir telas y la demanda del costoso tinte disminuyó considerablemente.
En 2003, en una investigación que realizaron en el antiguo puerto de Andriake, Turquía, un grupo de científicos encontró lo que parecía ser un vertedero de la industria del púrpura de Tiro. Allí había un cementerio de moluscos donde extrajeron 300 metros cúbicos de conchas, equivalente a unos 60 millones de ejemplares. Asimismo, los restos de las capas más profundas eran de caracoles más grandes y viejos, por lo que es de suponer que los artesanos agotaron el recurso.
El descubrimiento de nuevos colores y la invención de tintes sintéticos en el siglo XIX eventualmente reemplazaron la necesidad de tintes naturales como el púrpura de Tiro, marcando el fin de su producción comercial. Sin embargo, su legado perdura como un símbolo de lujo y prestigio en la historia.