La huella dactilar de Miguel Ángel
Oculta en escultura
Miguel Ángel Buonarroti tenía un principio rector para llevar a cabo su trabajo escultórico. En las entrañas de cada piedra hay una escultura, y es trabajo del escultor descubrirla. Así se ganó el reconocimiento de sus colegas durante el Renacimiento italiano. Por eso, hallar la huella dactilar de Miguel Ángel en una de sus esculturas causó gran alborozo.
El Victoria and Albert Museum, en Londres, lo reveló. Una huella dactilar del artista se pudo conservar a la perfección sobre la piel de una de sus esculturas menos conocidas. Un análisis reciente de una escultura de cera hizo posible el hallazgo. La huella dactilar se aprecia corrida, como si hubiera sido resultado de un movimiento rápido y accidental.
Nunca vista
Esta escultura fue diseñada como un estudio para otra pieza a mayor escala. Se pensaba poner en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano y se le conoce como El esclavo. Se descubrió algo novedoso: sobre la piel, hay una marca.
Nunca la habían visto. Los expertos atribuyen esta falta de visibilidad a las condiciones ambientales bajo las que la pieza había estado guardada. Un cambio ligero en la calidez o la humedad de las salas debió derretir una parte mínima de la piel sobre las nalgas. donde se aprecia claramente el retazo de una huella dactilar. El diseño es originalmente de Miguel Ángel, así que la marca debe ser suya.
Antes de morir, Miguel Ángel mandó quemar la mayoría de sus trabajos inconclusos. Junto con apuntes, cuadernos de dibujo y otros papeles de su autoría, todo fue a dar a una pira incendiada en Roma. Pero el estudio de El esclavo sobrevivió. Peta Motture es curadora principal del Victoria and Albert Museum. Asegura que la huella dactilar de Miguel Ángel fue una serendipia ‘fascinante’.
Conexión con Miguel Ángel
«Es una perspectiva emocionante que una de las impresiones de Miguel Ángel haya sobrevivido en la cera», expresó en el comunicado de la institución. «Tales marcas sugerirían la presencia física del proceso creativo de un artista. Es donde la mente y la mano de alguna manera se unen».
Así, hoy se puede tener acceso a un nivel más personal del artista. En sus palabras, a una «conexión más directa» con su trabajo, su obra y su legado inconcluso. Este permanece como un misterio para los historiadores del arte. La huella dactilar es un retazo de luz sobre un pasado oscuro, todavía inaccesible para la revisión contemporánea.