A muchos les molestan los pinchazos cada vez que se vacunan. Ahora existe un nuevo método: es a través de los folículos pilosos, sin dañar la piel. Es más seguro y eficaz que las inyecciones intramusculares tradicionales. Gracias a eso tenemos la vacuna que no necesita inyectarse.
La vacunación es la principal estrategia de prevención de enfermedades infecciosas. Las vacunas tradicionales se administran por vía intramuscular o subcutánea con agujas. Esto supone un procedimiento doloroso que altera la integridad de la piel.
Sin daño en la piel
Los daños físicos a la piel pueden ser muy desagradables y difíciles de tolerar. Por lo tanto, investigadores rusos desarrollaron la vacuna que no necesita inyectarse. «Se podría usar microagujas, ya que resulta menos doloroso y más eficaz. Pero este método nuevo evita por completo el daño físico a la piel», destacó una de las autoras del estudio, Julia Svenskaya.
Existe una tendencia a la sustitución de estos enfoques por otros no basados en la inyección. Se hace especial hincapié en el desarrollo de métodos de inmunización percutánea. La piel contiene un gran número de células de inmunidad innata. Su activación es un requisito previo para el desarrollo de una fuerte respuesta inmunitaria adaptativa.
Vacunar a través de los folículos pilosos garantiza la administración del medicamento sin alterar la integridad de la piel. Evita por completo los efectos negativos de la vacunación tradicional.
Los científicos probaron la técnica en animales de laboratorio. Suministraron a dos grupos de ratones la misma vacuna, pero de distinta manera. Uno mediante inyección intramuscular y el otro con el nuevo método. Luego midieron el nivel y la composición de anticuerpos en la sangre de los roedores. El nivel total de anticuerpos en el organismo de los sujetos de ambos grupos era casi idéntico.
Rápida absorción
El estudio propuso un nuevo enfoque para la vacunación contra la gripe estacional. Se utilizaron partículas de unos 0,9 micrómetros como portadoras de la vacuna antigripal. Julia Svenskaya destacó que este tamaño permite garantizar el llenado de los folículos con la vacuna. El carbonato cálcico forma parte del hueso, no es rechazado por el organismo y se reabsorbe rápidamente.
Los resultados del estudio se publicaron en Journal of Materials Chemistry B.
