El 1 de enero de 2025 entran en vigor las nuevas normativas sobre la gestión de residuos en Europa. El vidrio, el cartón y el plástico se vierten en contenedores con sus respectivos colores. La gestión de residuos es un tema que preocupa y ocupa a los gobernantes de Europa. Sin embargo, no en todos lados hay disponible un contenedor para los residuos textiles. La ropa, que ya no se usa, termina en los vertederos generando problemas ambientales como ocurre con los residuos orgánicos. El reciclaje textil se efectúa en solo el 13% de los residuos textiles, el restante 87%, no recibe ningún tratamiento especial.
Aumenta la cantidad de residuos textiles
Se calcula que solo en España, los residuos textiles alcanzan unas 900 mil toneladas al año. Con el nivel de consumo en auge, esa cifra se expandirá constantemente con el paso del tiempo.
La nueva ley(EU) 2018/851), indica que los residuos textiles deberán ser recogidos en contenedores individuales, como el plástico, el vidrio y el cartón. La normativa no exceptúa a los fabricantes textiles, que deberán implementar un sistema de recogida de ropa de segunda mano desde sus tiendas. Además, no pueden echar al vertedero los excedentes y tienen que crear consorcios capaces de realizar la gestión de sus residuos.
Cada ciudad o ayuntamiento, deberá colocar contenedores especiales para los residuos textiles. Toallas, sábanas, ropa usada, tapicería y demás, deberán ser vertidos allí, para que después pasen por una clasificación. También, las personas pueden llevar las prendas que ya no utilizan, cualquiera sea su estado, a las tiendas textiles y dejarlas allí.
Uno de los interrogantes en Europa es qué hacer con estos artículos. África compraba gran cantidad de esa ropa, pero actualmente, están desarrollando su propia industria. Además, la nueva ley no permite quemar, estos artículos, ni tampoco los excedentes de producción. Es decir, que para el 2025, casi 1,2 millones de toneladas de residuos estarán incluidos en el reciclaje textil.
¿En qué consiste el reciclaje textil?
En la actualidad, España cuenta con cinco centros donde van a parar los residuos textiles para su clasificación y reutilización. La ropa se clasifica según su tipo de género, calidad, y temporada, entre otros factores.
La ropa en mejor estado y de mejor calidad representa aproximadamente el 10% del total. Estas prendas se distribuyen en tiendas de ropa de segunda mano para su reventa. Cerca del 70% se exporta a Oriente Próximo y África.
Alrededor de un 10% se convierte en hilaturas, convirtiendo la ropa en hilos. En este procedimiento, se pasa la prenda por una máquina que, por medio de tecnología láser, revisa la tela para reconocer si los hilados están en buen estado.
Asimismo, muchos de estos residuos son utilizables en otras industrias, como trapeadores, material aislante, material de relleno o para producir nuevas fibras. A su vez, los excedentes de producción no vendidos, pueden generar oportunidades de compra barata para los usuarios de menores recursos.
