Todos están lanzando satélites al espacio hoy en día. Entre ellos, uno de los más participativos es Elon Musk. Hace unos días hubo un despliegue en órbita de una tanda de 49 satélites. Pertenecen a la constelación Starlink de Space X. Fue lanzada con éxito el 3 de febrero, pero hubo un fuerte e inesperado contratiempo. ¿Cuál? La tormenta magnética que dañó 40 satélites.
Sin poder ascender
Según informa la compañía de Elon Musk, el daño fue masivo. Estas tormentas calientan la atmósfera aumentando la densidad atmosférica. La resistencia atmosférica aumentara hasta un 50 por ciento más que durante los lanzamientos anteriores. Esto complicó el despliegue planificado.
Se detectó la tormenta el 4 de febrero. ¿Cómo respondió el equipo de Starlink? Ordenó a los satélites que entraran en un modo seguro en el que volarían de canto (como una hoja de papel). De esa forma minimizaban el arrastre, para «protegerse de la tormenta». Ellos trabajron en estrecha colaboración con la Fuerza Espacial de EEUU y LeoLabs. Se hicieron continuas actualizaciones de los satélites basadas en radares terrestres.
Retorno seguro
¿Qué resultados brindó un análisis preliminar de Starlink? Resulta que el aumento de la resistencia a bajas altitudes impidió que sigan ascendiendo. «Los satélites no pudieron abandonar el modo seguro. No comenzaron las maniobras de elevación de la órbita. Muchos de los satélites volverán a entrar en la atmósfera terrestre».
La tormenta magnética que dañó 40 satélites no generará peligro adicional, felizmente. Estos satélites que salen de órbita presentan un riesgo de colisión cero con otros satélites. Además, por diseño, desaparecen al volver a entrar en la atmósfera. No se crean desechos orbitales y ninguna parte del satélite golpea el suelo. Claro que a Elon Musk no debe gustarle la idea de perder 40 satélites.
Hasta el siguiente intento, Starlink. Si es que la naturaleza y el espacio lo permiten, seguiremos viendo cómo se llena la atmósfera de satélites.
