Es cierto que es una posibilidad ínfima… pero real. El asteroide que podría caer sobre la Tierra sí existe. Es muy improbable que llegue, pero de hacerlo, sería el 2022. ¿Qué causaría? Una explosión con el poder de 150 bombas de Hiroshima. Un escenario apocalíptico en la Tierra en 2022.
Probabilidades escasas
La NASA ha definido como “potencialmente peligroso” al asteroide 2009 JF1. El asteroide que podría caer sobre la Tierra llegaría el 6 de marzo del año 2022. Se ha calculado la hora: 08:34 horas del Pacífico. ¿Cuál es la probabilidad de impacto? Esa es la buena noticia. Es de 1 entre 3.800 (un 0,026%).
¿Cómo se estableció la fecha? Observaron el asteroide a través de un sistema de monitoreo de colisiones. La NASA cataloga a los objetos cercanos al planeta según su tamaño, velocidad, dimensiones. Y también el año en el que se cree que se producirá el impacto.
Los asteroides son cuerpos celestes que se mueven en órbitas. Su inclinación sobre la elíptica puede ser de cualquier ángulo. “Algunos siguen caminos orbitales que los llevan mucho más cerca del Sol de lo habitual. Y, por lo tanto, de la Tierra”, explica la NASA.
¿A qué distancia está?
Usan un sistema automatizado llamado Sentry para estudiarlos. Es un sistema de monitoreo de colisiones altamente automatizado. Escanea continuamente el catálogo de asteroides buscando posibilidades de impacto futuro. Hace proyecciones para los próximos 100 años.
El asteroide se llama 2009 JF1. Está actualmente a 375.587.595 km del planeta. Viaja a 18 km por segundo. La Agencia Espacial lo visualizó a través de Sentry en 2009. Estiman que mide alrededor de 13 metros de diámetro. Su impacto contra la Tierra podría causar una explosión equivalente a 230 kilotones de dinamita. Hiroshima tenía solo quince kilotones de poder.
¿Qué hacer si un asteroide se considera una amenaza real? Existen planes de acción para impactarlos desviando su trayectoria. Tal es el caso de la nave espacial DART. Será lanzada a mediados de este 2021. Debe colisionar contra Dimorphos, uno de los asteroides más peligrosos para la Tierra por sus características. DART pertenece a la misión Hera de la NASA en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA).
