La ciudad de Thonis-Heracleion es una ciudad sumergida del Antiguo Egipto
En el antiguo Egipto, sobre la desembocadura del río Nilo, existió una importante ciudad portuaria. Hace 2500 años, la ciudad de Thonis-Heracleion funcionaba como el principal puerto sobre el Mediterráneo, del vasto Imperio Egipcio. Sin embargo, por desastres naturales quedó sumergida.
La ciudad de Thonis-Heracleion fue un gran puerto en el Mediterráneo
Todo el tráfico marítimo pasaba por el puerto de esta ciudad que alcanzó su esplendor en los siglos IV y V antes de Cristo. Por esa razón, se transformó en una ciudad pujante debido al intercambio de mercancías que allí se producía. Cuando se fundó Alejandría con la llegada de Alejandro Magno, la ciudad de Thonis pasó a segundo término. Sin embargo, siguió teniendo importancia para el comercio marítimo.
Bajo el dominio de los romanos, continuó siendo un gran puerto para el intercambio regional. Aunque entre los siglos VI o VII dC, las aguas sepultaron la ciudad a causa de algunos cataclismos naturales. Se hundió en el mar y también en la historia. Heródoto, el historiador griego, la mencionó en el siglo V aC, al mencionar un templo que se levantó en Thonis en homenaje a Hércules.
No obstante, la ciudad hundida en el mar, también se hundió en el olvido, hasta 2 mil años después. Fue en el año 2000, cuando un arqueólogo de las profundidades halló los restos de la ciudad egipcia. Francck Goddio era francés y junto a un equipo del Instituto Europeo de Arqueología Subacuática encontró muros de un templo antiguo en las profundidades.
A continuación, aparecieron los restos de toda la ciudad, monumentos, templos, viviendas y otros tesoros. Restos que muestran aún la magnificencia de una ciudad que supo ser el centro del comercio de un imperio milenario.
Una ciudad sumergida en el mar
La ciudad de Thonis está a poco más de 6 kilómetros de la costa actual de Egipto, mar adentro. Hundida a una profundidad promedio de 10 metros, en la bahía de Aboukir. La reconstrucción de los investigadores la muestra erigida alrededor del gran templo del dios Amón. Por dentro de la ciudad corrían una serie de canales. En los islotes resultantes se erigían las viviendas y demás templos y santuarios.
Los tesoros que encontraron eran colosales figuras de faraones, joyas, oro, elementos de bronce, monedas y otros objetos. Además, también encontraron un cementerio de navíos hallado en el lugar. Eran 70 barcos de madera naufragados. Una de estas embarcaciones era considerada un mito de la historia y ahora se sabe que realmente existió.
El bari, era un navío de carga que describió el nombrado Heródoto, pero cuya existencia nunca se probó, por lo que se consideró parte de una leyenda. Fue un navío de 28 metros de eslora, diseñado para navegar por las aguas del Nilo. Para el siglo V aC, era un barco gigantesco.
Otro de los impresionantes hallazgos fue una estela de granito negro de unos dos metros, con inscripciones de jeroglíficos. Según los arqueólogos, es más antigua que la piedra de Rosetta, de la que Champollion se basó para descifrar los jeroglíficos egipcios.