Es una comprobación inesperada. Un grupo de científicos realizó una investigación con niños. Querían evaluar si el entorno favorece cierto desarrollo del cerebro. Resultó que sí. Crecer cerca de árboles favorece la inteligencia.
Participaron 3.568 estudiantes de Londres. Y las edades estaban entre 9 y 15 años. Se descubrió algo en los niños que pasaban más tiempo cerca de los bosques. Mostraron un mejor desempeño cognitivo y salud mental en la adolescencia. Pero, extrañamente, no todos los entornos naturales influyen igual. Los pastizales, lagos o ríos no parecen tener el mismo impacto.
Otros estudios
“Los entornos naturales favorecen el desarrollo cognitivo. Y también la salud mental de los adolescentes. Aunque no todos por igual», escriben los autores.
Antes se detectó cierta conexión entre el estado mental y los árboles. Fue en estudios epidemiológicos en niños, en Estados Unidos y Dinamarca. Demostraron un efecto particular de espacios verdes en áreas residenciales. Propician un menor riesgo de problemas de salud mental en el futuro.
En el Reino Unido estudios similares fueron realizados. Analizaron niños en barrios urbanos. Mientras más verdes son, tienen una mejor memoria de ordenamiento espacial.
¿Árboles o economía?
Pero los factores socioeconómicos pueden también jugar un papel preponderante.
«Los niños criados en vecindarios más verdes exhiben una mejor capacidad cognitiva general. Pero es probable que la asociación se deba a otros factores. Por ejemplo, socioeconómicos, de la familia y el vecindario». Eso se menciona en el estudio de 2019, citados por ScienceAlert.
Entonces, ¿Crecer cerca de árboles favorece la inteligencia? Está claro, por lo menos que se relaciona con una mejor salud mental. Este estudio fue publicado en Nature Sustainability.
