El piloto que burló dos veces la dictadura cubana
Era, hasta entonces, un piloto y héroe cubano. Había combatido en Angola a favor de la revolución que Cuba apoyaba allí. Pero en marzo de 1991, mientras hacía pruebas de vuelo, hizo algo impensado. Enrumbó su avión al norte, y aterrizó en Florida. Había desertado. Pero faltaba mucho aún: su familia seguía en Cuba. Esta es la historia del piloto que burló dos veces la dictadura cubana.
De héroe a traidor
Su nombre es Orestes Lorenzo. En vuelo hacia el norte, Lorenzo lo arriesgó todo. Voló a ras de las olas para no ser detectado por los radares cubanos y americanos. Estados Unidos estaba a sólo 150 kilómetros de distancia. En poco más de diez minutos, el MIG de Lorenzo aterrizó en Florida. Y pidió asilo político.
En La Habana pasó a ser un enemigo, un indeseable. Su familia empezó a ser hostigada allí. El héroe tuvo que empezar una campaña para que les dejaran salir. Estados Unidos les concedió visas. Pero Cuba no quería soltarlos: era la familia de un traidor, para ellos.
Lorenzo empezó entonces una campaña internacional. Pidió ayuda a la viuda de Martin Luther King. En 1992 Lorenzo recurrió a la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Nada. Publicó una carta abierta a Fidel Castro en el Wall Street Journal. Se ofreció a viajar a Cuba y someterse a juicio si se permitía a su mujer y a sus hijos viajar a Estados Unidos. Nada.
Arriesgando todo
Así que Lorenzo decidió ir a buscar a su familia. Concibió un plan, se compró un avión Cessna, obtuvo su licencia en Florida. El sábado 19 de diciembre de 1992, lo hizo. Voló a tres metros del agua, para evitar de nuevo los radares, esta vez, los cubanos. Llegó a unos ciento cincuenta kilómetros al este de La Habana. Una angosta carretera era su pista de aterrizaje.
En tierra, su mujer y sus hijos hacían que caminaban por la playa. Cuando él aterrizó, subieron a toda velocidad. Pero la puerta no cerraba. Después de varios intentos, pudo huir. El piloto que burló dos veces la dictadura cubana se llevaba a su familia.
A treinta años de aquella hazaña, Orestes y Vicky Lorenzo son prósperos comerciantes inmobiliarios de Florida. En 1994 tuvieron un tercer hijo. Lorenzo pilotea a veces aviones: hace acrobacias. No pierde ocasión de recordar su hazaña y a su tierra tan cercana y tan alejada.
Nadie debería olvidarla.