El mamut bebé que se mantuvo casi intacto
La curiosa historia de Lyuba
Vivió su breve vida hace 41.800 años en la que hoy es la región rusa de Siberia. Es un ejemplar magníficamente conservado. El animal tuvo tan solo entre 30 y 35 días de existencia. Se trata del mamut bebé que se mantuvo casi intacto hasta nuestros días. ¿Cómo sucedió?
Hallazgo siberiano
Se le bautizó como Lyuba. Solo le falta la oreja derecha y parte de su cola. Estos mamuts vivieron en la tierra durante miles de años. Sus cuerpos recubiertos de matas de pelo les permitieron vivir en la era del hielo. Desaparecieron hace unos 4000 años.
Se le encontró en la península de Yamal, en el noroeste de Siberia. Un pastor de renos del pueblo nenet llamado Yuri Khudi lo halló. Estaba en el permafrost que había comenzado a derretirse a causa del clima. Pero no lo tocaron: para los nenets, es de mala suerte. Después informaron de su hallazgo al director del museo local. Cuando los especialistas llegaron al lugar para trasladarlo al museo, descubrieron que el animal no estaba más allí. Un primo de Khudi se había llevado al mamut. Lo vendió a una tienda de un pueblo cercano, donde su dueño lo había puesto en exhibición en la vidriera. El precio que pagó: dos motos de nieve y alimentos.
Sucedió algo durante el traslado de la cría del animal. Los perros de la zona atacaron sus restos. Y así perdió la oreja derecha y parte de la cola. La policía ayudó a Khudi a recuperar al animal. Después lo llevaron al Museo Shemanovsky de Salejard. Esa ciudad rusa tiene la particularidad de ser la única hallada justo sobre el círculo polar ártico.
El secreto de la arcilla
Durante unos años, Lyuba fue el mamut mejor conservado de los que encontró la ciencia. Hasta que en 2011 apareció, también en Siberia, otro ejemplar, bautizado como Yuka. Este mamut también se había conservado mejor en el permafrost. Llegó a los dos años de vida.
Se estima que Lyuba pudo asfixiarse cruzando el río o buscando agua. Había en su cuerpo restos de arcilla, tal vez la causa de su desenlace fatal. Pero fue, a su vez, esa misma arcilla la que ayudó a que se cuerpo se conservara tal como lo encontraron más de 40.000 años después. Sus ojos, piel y órganos internos estaban intactos.
Había, además, leche materna en su vientre y materia fecal en sus intestinos. La cría tiene un hogar permanente en el Museo Shemanovsky. De vez en cuando, El mamut bebé que se mantuvo casi intacto “viaja” por el mundo en exhibiciones.