Se revelan las cartas del padre de Hitler
¿Cómo fue la figura paterna del líder del nazismo? Ahora que se revelan las cartas del padre de Hitler, lo sabemos. El padre de Adolf Hitler era autoritario y se sobrevaloraba mucho. Además tuvo un gran impacto en su hijo. Lo escribe el historiador austriaco Roman Sandgruber en un nuevo libro. Está basado en las cartas hasta ahora desconocidas.
Las cartas inéditas
El libro es El padre de Hitler: cómo el hijo se convirtió en dictador. Se basa en 31 cartas inéditas que Alois Hitler escribió al constructor de carreteras Josef Radlegger. Fueron encontradas por la bisnieta de Radlegger hace 5 años y entregadas al investigador.
Alois Hitler fue un funcionario de aduanas en Austria durante 40 años. Su trabajo exigía cambiar de casa a menudo. Durante los primeros 18 años de la vida de Adolf, la familia vivió en 18 direcciones diferentes.
En 1895 se jubiló, compró una granja y se mudó allí con su familia. «Siempre quiso ser un caballero agricultor erudito que fuera mejor que los demás», escribe Sandgruber. Dos años después se vio obligado a vender la propiedad cuando le negaron un préstamo bancario.
El investigador lo describe como autodidacta, arrogante y alguien que se sobrevaloraba. «Era un padre terriblemente autoritario y también golpeaba a su hijo Adolf.”
Alois tuvo a Hitler con su tercera y mucho más joven esposa, Klara Pötzl. «No era inculta y no era una cónyuge oprimida que se limitaba a ser explotada», escribe Sandgruber. Alois Hitler decía que Klara tenía «el celo y la comprensión necesarios para la economía doméstica».
Como muestra de la influencia de Alois sobre su hijo, Sandgruber señala que la caligrafía de ambos es casi idéntica. Lo que sugiere que el hijo copió a su padre. La escritura de Adolf Hitler también era del estilo Kurrent —antigua escritura alemana—, con muchos ángulos agudos y cambios de dirección.
Imitación
«Hay una imitación casi servil del padre a través del hijo. Desde las firmas sorprendentemente similares hasta el desprecio compartido hacia la educación formal», escribe.
Hitler ya era antisemita en su juventud, concluye Sandgruber. Refuta las afirmaciones de que el odio de Hitler hacia los judíos se forjó después de trasladarse a Viena. La familia de Hitler alquilaba una propiedad a «probablemente el judío más rico» de Urfahr. Las cartas también revelan que la madre de Hitler fue tratada por un médico judío poco antes de su muerte.
El autor sostiene que Hitler se unió a un club antisemita dos meses después de llegar a Viena en 1907. Tanto el padre como el hijo compartían el desprecio por la autoridad y eran anticlericales. Aunque Hitler no abandonó la iglesia católica romana, añade el historiador.
La única rebelión de Adolf Hitler contra su padre fue rechazar el deseo de Alois de que también siguiera la carrera de funcionario. «Quería ser un artista libre y no seguir los pasos de su padre», escribe el historiador.
Gracias a que se revelan las cartas del padre de Hitler, podemos saber más del terrible dictador.