Las espinacas que envían correos electrónicos
Es una barrera insalvable. ¿Cómo podrían comunicarse los humanos con los vegetales? Debe ser una broma. ¿O no? Esto podría ser un pequeño paso para el hombre… pero enorme para las plantas. Eso es lo que uno piensa cuando se entera de las espinacas que envían correos electrónicos.
El problema en las raíces
Lo consiguió un equipo de ingenieros creando un original sistema. Gracias a este, las espinacas puedan advertir sobre diferentes peligros subterráneos. Por ejemplo, la presencia de químicos en el agua subterránea. También contaminación y otras condiciones medioambientales. ¿Cómo lo hacen? A través de correos electrónicos.
Es un experimento del Instituto de Tecnología de Massachusetts. Hicieron posible que unas espinacas avisen por correo electrónico sobre la presencia de nitroaromáticos. Estos son compuestos que se usan para la fabricación de explosivos y se encuentran en campos minados, en aguas subterráneas.
Las encargadas de detectar una potencial amenaza medioambiental para la planta son las raíces. Estas lo transmiten a los nanotubos de carbono de las hojas. Se envía así una señal que es reconocida por una cámara infrarroja. La cámara, finalmente, emite una alerta que llega por correo electrónico.
Buenas detectoras
«Las plantas son muy buenas químicas analíticas. Tienen una extensa red de raíces en el suelo. Están constantemente tomando muestras de agua subterránea. Y tienen una forma de autoalimentar el transporte de esa agua hacia las hojas», dijo el profesor Michael Strano del MIT. Es el investigador principal del proyecto.
Los investigadores consideran que este experimento demuestra algo impensado. La tecnología ayudó a superar la barrera de comunicación entre las plantas y los humanos.
No es el primer experimento de este tipo que realiza el profesor Strano. En diciembre de 2020 ya había diseñado un helecho biónico capaz de detectar arsénico en la tierra. La sensibilidad de la planta le permitió detectar niveles muy bajos de arsénico. Tan bajos, que ningún otro sistema es capaz de detectarlos.
Tal vez las espinacas que envían correos electrónicos son solo el comienzo. Algún día estarás escribiéndote con unos tomates, o algunas cebollas. ¿Quién sabe?