Los primeros en comunicarse acústicamente: los grillos
Hace 300 millones de años
¿Quiénes fueron los primeros en comunicarse mediante sonidos? Buena pregunta. Alguien tenía que responderla. Por eso, un estudio publicado en Nature Communications trata del tema. E identificaron a los primeros en comunicarse acústicamente: los grillos. Hace muy poco: 300 millones de años, nada menos.
Cómo empezaron
«Los insectos tienen un papel vital en los ecosistemas terrestres. Es importante saber cómo los insectos influyen, sostienen o ponen en peligro los ecosistemas. Y qué sucede cuando declinan o incluso desaparecen. Pero primero debemos comprender por qué los insectos son tan ricos en especies y cómo evolucionaron». Lo dice en un comunicado la coautora Sabrina Simon, de la Universidad de Wageningen.
Orthoptera es un grupo de insectos carismáticos de gran importancia evolutiva. Incluye a los grillos y saltamontes. Son un excelente ejemplo de animales que utilizan la comunicación acústica. Utilizando un gran conjunto de datos genómicos, el equipo estableció un marco filogenético. Analizaron cómo se originaron y diversificaron la audición y la producción de sonido durante varios cientos de millones de años.
El sonido familiar de los grillos se experimentó por primera vez hace 300 millones de años. Así lo determinaron los investigadores. La producción de sonido originalmente sirvió como un mecanismo de defensa contra los enemigos. Debieron realmente sorprenderse por el vibrante sonido en sus bocas. Más tarde, la capacidad de producir sonido comenzó a desempeñar un papel destacado en la reproducción. Los grillos productores de sonido tenían una mayor probabilidad de ser localizados por una hembra.
La importancia de los insectos
Los insectos son uno de los grupos de animales más ricos en especies. Son cruciales en casi todos los ecosistemas. El número de insectos está disminuyendo rápidamente. Las especies de insectos se están volviendo invasoras o están desapareciendo debido al cambio climático. Eso, en sí mismo, tiene un impacto en los ecosistemas y, finalmente, en los seres humanos.
«Necesitamos comprender la historia evolutiva de este grupo de animales increíblemente exitoso. Esto también es importante para nuestra vida diaria. Solo entonces podremos comprender qué sucede cuando las especies de insectos desaparecen», dice Simon.
«Tenemos acceso a una gran cantidad de datos genómicos sobre grillos y saltamontes. Nos permite analizar cómo se relacionan las diferentes especies entre sí. Generamos un árbol genealógico de cuándo qué especies de grillos, saltamontes y sus aliados vivían en la tierra. Además de eso, sabemos qué especies eran capaces de producir sonido y oír. Eso nos permitió crear una línea de tiempo. Nos muestra quiénes fueron los primeros en comunicarse acústicamente: los grillos».