La mujer que vivió dos años sobre una secuoya
Julia Hill, una ambientalista extrema
Las secuoyas son árboles milenarios. Muchas personas sienten un profundo respeto por estos árboles. Por eso, cuando en 1997 una de ellas estuco a punto de ser talada, una mujer se opuso. No solo levantó su voz de protesta. Llevó a otro nivel la defensa de la secuoya. Hoy hablaremos de Julia Hill, la mujer que vivió dos años sobre una secuoya de 1500 años. Para defenderla.
Defensa a muerte
Sucedió en California. De allí provienen los secuoyas, que llegan a tener 75 metros de altura. Los troncos alcanzan los nueve metros de diámetro. Una empresa maderera estaba talando las secuoyas de la región. Un grupo ambientalista protestó contra esa práctica. Julia Hill se presentó como voluntaria. Se ofreció a vivir unos días en el árbol para llamar la atención. El 10 de diciembre de 1997 trepó a un árbol de 55 metros de altura. Bautizó al secuoya: «Luna».
Lo cuenta la propia Julia. «Estás atada a una soga de escalar. Usas tus manos y pies para lentamente ir subiendo al árbol. A unos 25 metros de altura, cometí el error de mirar hacia abajo. Entré en pánico y me paralicé».
El hogar de Julia en el árbol era una plataforma de dos metros por uno y medio. Los días se fueron alargando. Pasaron semanas, meses, un año. Pudo armar una segunda plataforma. Se protegía bajo una lona de plástico. Su cama se reducía a un saco de dormir y le subían la comida con un lazo.
Usaba un teléfono que funcionaba con energía solar. Los medios la entrevistaban. Pero cuando llegó el momento de enfrentar el mal tiempo, estuvo completamente sola.
«Había mucha humedad y frío. Aun con la lona de plástico que me servía de techo y paredes. La niebla penetraba y la lluvia encontraba pequeños agujeros por donde gotear desde las ramas a la plataforma», relató ella. Soportó tormentas con vientos de hasta 150 kilómetros por hora, lluvia congelada, granizo. “A través de esa experiencia que evolucioné como un ser humano», afirmó.
Luchando contra los elementos
Intentaron varias formas de forzarla a bajar. Cortaban sus suministros y alimentos. Hacían sonar bocinas a alto volumen durante toda la noche y el día. Hubo momentos de duda en que casi se da por vencida. «Soy un ser humano. Hubo momentos en los que dije ‘no aguanto más’. Momentos en los que lloré», confesó.
La impresionante protesta de dos años de Julia atrajo la atención a lo largo de todo Estados. Le dedicaron varias canciones. El 18 de diciembre de 1999, la protesta de Julia finalmente terminó. Se había llegado a un acuerdo con la compañía maderera.
Julia y los otros activistas habían logrado recaudar US$50.000. Pagaron a la maderera para rescatar el árbol y un área aledaña de unos 12.000 metros cuadrados. Las cámaras captaron el momento dramático cuando la mujer que vivió dos años sobre una secuoya descendió en lágrimas.
Julia Hill está convencida de las repercusiones de su acción en la protección de uno de los tesoros naturales de California y el mundo. Su activismo no terminó allí. Cofundó la Circle of Life Foundation (Fundación Círculo de la Vida). Aboga por la transformación de las interacciones humanas con la naturaleza.
De su experiencia ocupando árboles escribió un libro. Se titula «El legado de Luna: la historia de un árbol, una mujer y la lucha para salvar los secuoyas». No hay duda de que el activismo es una vocación que se vive apasionadamente para esta mujer.