El fabuloso sello de la dinastía Ming
Es de oro y pesa 8 kilos
La primera parte de esta historia se escribió el 2017. Sucedió en China. Se trató el uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del año: Jiangkou Chenyin. Se encuentra en la rivera del río Min cercana a la ciudad de Meishán, en la provincia de Sichuán. Allí se cree que tuvo lugar una batalla al final de la dinastía Ming, en el siglo XVII. Allí, mucho después, se hallaría el fabuloso sello de la dinastía Ming.
Buscando tesoros
Las primeras excavaciones ya arrojaron miles de objetos de gran valor. Se organizó una segunda excavación, y aun una tercera. Esta última es la que finalizaba el pasado 10 de enero. La lideraba el arqueólogo Liu Zhiyan. Y es quien ha encontrado esa magnífica reliquia, entre otras. Desenterró un gran tesoro de unas 10.000 piezas. Entre estas se encuentran monedas y objetos de gran valor, realizados con oro y otros metales preciosos. Lo ha publicado la agencia de noticias china Xinhua.
Entre todas ellas destaca un sello, el fabuloso sello de la dinastía Ming. Tiene casi ocho kilogramos de peso. Está compuesto de oro al 95 por ciento, de acuerdo con el periódico The Times. Nada menos. Con 370 años de antigüedad, mide 10 centímetros de largo por 10 de ancho. Cuenta con 2,5 centímetros de grosor.
La pieza está rota en cuatro trozos. En ella aparecen las palabras «Shu Shi Zi Bao», que significa «Tesoro del Príncipe Shu». A juicio de los expertos, esta inscripción prueba que pertenecía a algún miembro de la casa imperial. Los especialistas creen que fue despedazado deliberadamente. Debió ser cuando la monarquía fue derrocada durante un violento y sangriento levantamiento campesino.
En el fondo del río
La revuelta fue liderada por Zhang Xianzhong y con ella conquistó Sichuan y Chengdu en 1644. Ocurrió durante la caída de la dinastía Ming. Liu ha afirmado al Daily Mail: «La teoría más plausible es que él tuviera el sello y lo rompiera para simbolizar el fin» de la estirpe imperial.
Textos históricos refieren hechos de la época. Se cuenta que Zhang huía en barco de Chengdu en 1646 para escapar de los manchúes (fundadores de la última dinastía china, la Qing). Fue cuando se encontró con una emboscada del general Yang Zhan, leal a la dinastía Ming. Allí, según se dice, perdió alrededor de 1.000 barcos y sus tesoros se hundieron en las profundidades del río Min.
Son estos tesoros aquellos donde quedó, enterrado para ser hallado ahora, el fabuloso sello de la dinastía Ming.