El día que Estados Unidos pensó bombardear España
E invadir Canarias
De acuerdo, no fue en el tiempo reciente. Pero tampoco fue tanto tiempo atrás. Sí, la idea rondó los pasillos de la Casa Blanca. No está tan lejano el día que Estados Unidos pensó bombardear España, invadiendo Canarias además. El telón de fondo fue la famosa Guerra de Cuba a fines del siglo XIX.
Fue en 1896. El Departamento de la Marina de los Estados Unidos formó un grupo de trabajo. ¿La idea? Perfilar el plan de invasión. En él se especificaba lo que se haría mientras organizaban la invasión de Cuba. La escuadra del Pacífico comandada por William Kimball se dirigiría al Estrecho de Gibraltar en vez de a las islas Filipinas. Allí se uniría a la flotilla atlántica. Ambas ocuparían conjuntamente algún enclave de las islas Canarias. Desde allí atacarían el tráfico mercante español.
La tensión en el aire… y en el mar
Era la primera propuesta oficial de Estados Unidos en la que se hablaba de conquistar un territorio español. Lo cuenta el historiador Amós Farrujia Coello en un estudio publicado en 2014 en la «Revista de Historia Canaria». Algunos objetivos: «Bloqueo de las aguas de Cuba y Puerto Rico, cortando el cable telegráfico. Destrucción de los depósitos y arsenales de La Habana y San Juan mediante el bombardeo de las dos ciudades. El envío de refuerzos a los sublevados en las dos islas y el desplazamiento simultáneo de las escuadras destacadas en el Mediterráneo y Asia para conquistar las islas Canarias. Todo ello con vistas a utilizarlas después como base para ulteriores maniobras contra la marina española en sus propias aguas, así contra su comercio».
La tensión con Estados Unidos ya era evidente en aquel momento. La revista «Blanco y Negro» recordaba en sus páginas el incidente del «Virginius» de 1873. Era un vapor americano cargado de armas y municiones para los independentistas cubanos. Fue apresado por España.
Algunos expertos estadounidenses consideraron arriesgada la operación. Por ejemplo, el presidente de la Escuela Naval de Guerra estadounidense, Henry Clay Taylor. Aseguró que aquella acción contra España era una temeridad que implicaba la desprotección del Pacífico.
Roosevelt al ataque
Otros, como Theodore Roosevelt, subsecretario de Marina en aquellos años, estaban muy de acuerdo. En unos años él sería presidente.
En abril de 1898, se divisó al norte de Santa Cruz de Tenerife a varios buques norteamericanos. El archipiélago entero se reforzó con tropas peninsulares.
En una carta, el almirante Pascual Cervera y Topete ya avisaba del peligro. Se rehusaba a ir hacia América, prefiriendo proteger las costas españolas. Pero las órdenes se impusieron. El resultado fue un fracaso.
Aquella derrota se sumó a la de Cavite en Filipinas. Puso a España en una situación de gran tensión frente al peligro de un bombardeo en sus costas. El día que Estados Unidos pensó bombardear España estuvo más cerca de concretarse que nunca.
En Canarias parecían convencidos de que los norteamericanos no se atreverían a invadir unas islas tan alejadas de sus bases sin consumar antes la conquista de Cuba. Aun así enviaron tropas de refuerzo desde Madrid. El capitán general del archipiélago declaró vigente el estado de guerra en su región, suspendiendo las garantías constitucionales.
Finalmente, el presidente William Mckinley dio a conocer en julio su decisión de no desembarcar en Canarias. El diario «Times» seguía manteniendo su hipótesis de que España perdería el archipiélago si no aceptaba las condiciones de Estados Unidos en la Conferencia de Paz de París. En julio, el presidente español Práxedes Mateo Sagasta justificó la capitulación. Consideró que no solo Canarias, sino también las islas Baleares y la Península, estaban en peligro. «Esta amenaza pesó sobre España durante las negociaciones de paz. Y, de hecho, Estados Unidos contempló realizar acciones en este tercer teatro», defiende Farrujia Coello.