Un nuevo estudio sugiere que un cambio en la dieta puede no ser solo beneficioso en enfermedades del corazón o la diabetes, sino que también puede actuar sobre la depresión. Drew Ramsey, profesor de la Universidad de Columbia, afirma que «tenemos evidencias reales para respaldar que comer bien no solo beneficia a su cuerpo, sino que también a su cerebro».
El experto se acoge a una creciente corriente de salud mental, la psiquiatría nutricional, para afirmar sus declaraciones. La idea de una conexión intestino-cerebral ha ido ganando terreno en los últimos estudios científicos, y algunos han comenzado a realizar sus primeros experimentos: existen pruebas que sugieren que ciertos alimentos influyen en las bacterias de nuestro intestino, y estas a su vez influyen en el control mental.
Para entenderlo, es importante señalar que el 95% de la serotonina (conocida como la hormona de la felicidad) se crea en el tracto gastrointestinal. Los científicos están empezando a descubrir esta «vida secreta» de los microbios y cuánto influyen en otros aspectos de nuestra salud y bienestar general. Lo que sí sabemos es que podemos influir en nuestra microbioma con nuestra dieta.
El cerebro está directamente afectado por la dieta. «El triptófano es el aminoácido que usamos para producir serotonina y dopamina», afirma el mismo experto. «Estos son neurotransmisores reguladores del humor, muy importantes, y reguladores del aprendizaje. Con cada bocado a un alimento estás recibiendo nutrientes que tu cerebro necesita».
Es importante tener en cuenta, sin embargo, que el campo de la psiquiatría nutricional es algo nuevo, por lo que no debes de cambiar tu dieta como sustituto de una consulta terapéutica si estás deprimido.
