Encuentran un fósil de tejido blando de dinosaurio de 195 millones de años
Un fósil de Lufengosaurus, con una datación de 195 millones de años, guardaba una grata sorpresa para los investigadores de la Universidad de Toronto: contenía restos de tejido blando, algo que se suponía que no podía superar los 100 millones de años. Este descubrimiento podría reabrir antiguas investigaciones del mismo tipo.
El resto encontrado era parte de una costilla del Lufengosaurus -que se cree que pudo medir hasta 9 metros- en el que se han encontrado trazas de colágeno (la proteína estructural que se encuentra en la piel y en los tejidos conectivos), así como posibles restos de sangre. La investigación, publicada en Nature Communications, analizó la composición química del tejido blando utilizando lo que se conoce como espectroscopia infrarroja.
Si bien los resultados son muy interesantes, no son 100% concluyentes; al mismo tiempo que se ha publicado esta investigación, otro análisis escrito en la revista Journal of Proteome Research afirma que unos investigadores fueron capaces de aislar correctamente proteínas de colágeno de un fósil de 80 millones de edad, que actualmente se sitúa como la muestra más antigua de tejido blando identificada hasta el momento. También, dichos resultados afirman que algunas proteínas extraídas son similares a las que se encuentran hoy en día en las aves: aunque a simple vista este hecho pueda parecer lógico, es más interesante de lo que parece, puesto que gracias a esta relación podría ser más fácil construir árboles evolutivos de animales extinguidos hace millones de años.
Ambas investigaciones son un paso de gigante en el campo paleontológico.