El recién descubierto murciélago dorado ha sido clasificado por los científicos como único en su clase. Pertenece al género Myotis, los llamados «murciélagos oreja de ratón», que abarca unas 100 especies repartidas por todo el mundo. Sin embargo, su pelaje lanudo y corto de color amarillo dorado, la característica más distintiva de este murciélago, lo han convertido en una especie única. Este color amarillo tan brillante le ha dado el nombre de midastacus, en honor a la leyenda griega del Rey Midas, que convertía en oro todo lo que tocaba.
Este singular murciélago fue clasificado originalmente como Myotus simus. Sin embargo, una comparación rigurosa mediante estadísticos morfológicos y morfométricos, entre las características de simus y las de otros 27 especímenes conservados en museos de Estados Unidos y Brasil, han confirmado que se trata de una especie distinta ( y tampoco corresponde a ninguna de las 27 especies conservadas).
El murciélago dorado tiene el cráneo particularmente grande, es endémico (exclusivo de esta zona) de las sabanas bolivianas, de hábitos nocturnos, duerme durante el día en cuevas o madrigueras hechas en el suelo, en troncos huecos o en techos de palma de las chozas y se alimenta de pequeños insectos.
El director del Centro de Biodiversidad y Genética de Cochabamba, Luis Fernando Aguirre, informó a EFE de que la conservación de esta nueva especie peligra debido al deterioro del ecosistema en el que habita. “Queman los árboles y esto puede poner en peligro de extinción al murciélago, (porque) en realidad las sabanas son ecosistemas muy sensibles”, declaró Aguirre
El estudio dirigido por el biólogo Ricardo Moratelli, ha sido publicado en la revista de la Sociedad Americana de Mastozoología (American Society of Mammalogists).
Myotis midascus es la quinta nueva especie descrita por Moratelli: también identificó al Myotis diminutis, un pequeño murciélago de los Andes ecuatorianos; Myotis lavalis, del noreste brasileño; Myotis izecksohni, del sur de Brasil; y Myotis handleyi, de las montañas del norte de Venezuela.
Este último descubrimiento es parte de un proyecto más grande que investiga a los murciélagos oreja de ratón que viven en la ecozona neotropical.
