Se acerca el verano y con ello, los días de relax en la playa. Nuestro planeta alberga una gran variedad de playas, creadas por los humanos o por fenómenos naturales, algunas de ellas no son las típicas playas de arenas blancas que estamos acostumbrados a ver.
Aquí te presentamos una serie de playas reconocidas por alguna extrañeza, que las hace tan singulares como atractivas. Caras distintas de los océanos, todas bellas y todas diferentes.
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Playas de vidrio (Glass beach), California
La actividad humana es muchas veces la responsable de la destrucción o el afeamiento de muchos paisajes naturales. Sin embargo, en algunas ocasiones sirve para crear mágicos paisajes artificiales. Este es el caso de la playa de cristal, situada en la localidad californiana de Mendocino, en los Estados Unidos.
Desde 1949 a 1967 la zona fue un vertedero público en el que se arrojaron, entre otras cosas, miles de botellas de vidrio de todos los colores. Durante los últimos 40 años el mar ha ido limpiando el lugar y erosionando los cristales, hasta formar una bella playa multicolor. Actualmente ya está prohibido tirar basura en la zona.
Playas fluorescentes de las Islas Maldivas
En las islas Maldivas ocurre uno de los fenómenos más alucinantes del mundo, el llamado “mar de estrellas”… El protagonista de este fenómeno natural es el fitoplancton bioluminiscente, que emite una luz azulada cuando es perturbado por el movimiento de las olas.
Playa de arena verde, en Kourou, la Guayana francesa
Situada en plena selva amazónica Kourou Beach luce una arena inusualmente verde. Este color es causado por un mineral llamado olivino, que se forma cuando la lava se enfría en el mar.
Isla rábida, Galápagos
Rábida está ubicada 5 km al sur de la Isla Santiago y es comúnmente considerada como el centro geográfico de las Islas Galápagos. El suelo de esta isla contiene un alto contenido de hierro, lo que le confiere su característico color rojizo.
Pink Sand Beach, Bahamas
Tan singular cromatismo tiene que ver con la naturaleza coralina del territorio. Cuando el coral fallece, el caparazón se desprende y las corrientes y las olas lo depositan en la playa. Ahí, es triturado en cada golpe, en cada embiste, hasta convertirlo en un polvo finito que otorga etse toque tan especial a esta playa de las Bahamas.
Playa de los Huevos de Dragón, Nueva Zelanda
La playa de Koekohe, en la Isla Moeraki (Nueva Zelanda), alberga un bellísimo escenario de piedras gigantes naturales que se extienden a lo largo de la costa. Tienen de 0,5 metros a 2,2 metros de diámetro y pueden llegar a pesar hasta siete toneladas. Llevan allí siglos y las teorías sobre su aparición son muchas: desde meteoritos que impactaron en la época jurásica hasta la obra de algún artista mahorí que quiso dejar su impronta en forma de misteriosos huevos de dragón gigantes.
Punaluu Black Sand Beach, Hawaii
El entorno de esta playa, como el de la mayoría de playas de Hawái, es sin duda paradisíaco; aguas cristalinas, altas palmeras cocoteras, fauna salvaje y, evidentemente, una atmósfera tranquila ideal para disfrutar de unos días de relax; sin embargo, su arena, a diferencia de la arena de la mayoría de playas paradisíacas, no es precisamente blanca. Los escurrimientos de lava volcánica que llegan a la costa la tiñen de negro, creando increíbles contrastes con las verdes palmeras.
La calzada de los Gigantes, norte de Irlanda
Seguro que has oído hablar de este escenario tan especial de la siempre bella Irlanda. La lava procedente de una caldera volcánica, hace 60 millones de años, ascendió a la superfície y se enfrió muy rápidamente, dando lugar a columnas de basalto en precisas formas hexagonales que escalonan la playa. Según una leyenda irlandesa estas rocas fueron creadas durante las sucesivas batallas entre dos gigantes, Finn y Staffa, que peleaban continuamente arrojándose piedras el uno al otro.
