Un equipo de científicos ha encontrado el modo de tratar los pañales desechables, residuos muy difíciles de reciclar y fabricados con materiales altamente contaminantes. Este método, además separar y recuperar residuos, permite generar la base para el cultivo de un tipo de seta, Pleurotus ostreatus o champiñón ostra, con valor comercial.
Uno de los componentes principales de los pañales es la celulosa, de la que el hongo se puede alimentar. También hay plásticos (principalmente polietileno y polipropileno) y poliacrilato de sodio que es capaz de retener el agua y liberarla cuando el hongo se deshidrata. El resto de nutrientes necesarios para el crecimiento del hongo se obtienen a partir de productos reciclados: posos de café, peladuras de piña y otros restos similares.
Para evitar que las setas estén contaminadas se esterilizan los pañales usados en un autoclave. Este aparato aplica presión y altas temperaturas, con lo que los microorganismos mueren y el pañal queda intacto.
Una vez esterilizados los pañales, se deja crecer el hongo, primero en oscuridad y después en fase luminosa. Al final del proceso la celulosa ha desaparecido, y gran parte de los residuos que proporcionaban los nutrientes también. Ahora, los hongos, están en forma de seta, que se puede recolectar y darle un uso.
Lo que quedan son los plásticos, que se pueden recolectar y reciclar sin mayores problemas, y el poliacrilato de sodio limpio y seco. Este último producto es el más interesante, ya que se puede reutilizar de diversas maneras. Por ejemplo, en agricultura, donde sirve para realizar regadíos de liberación lenta – igual que lo hace con el hongo.
De momento, los investigadores no se han atrevido a darle una utilidad a las setas. Podrían servir para mejorar los piensos del ganado, ya que han podido comprobar que mantienen todas las propiedades de otros cultivos de la misma especie.
